
La adquisición de conocimientos y la formación de habilidades son fundamentales para el desarrollo integral de los adolescentes, ya que les permiten estructurarse en diversas esferas: cognitiva, volitiva, afectiva y procedural. Este proceso de formación está dirigido a orientar a los jóvenes hacia el desarrollo pleno de sus potencialidades, preparándolos para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo.